El balón está a punto de echar a rodar para dar inicio al Mundial de fútbol de Qatar 2022. Sin embargo, tras la celebración de la máxima competición del deporte rey existe una gran polémica en torno a las condiciones laborales de los trabajadores que han hecho posible que esta pequeña nación pueda albergar un acontecimiento de semejantes proporciones. Algo que se suma a las denuncias por las violaciones a derechos humanos básicos que comete el emirato qatarí, pero que no ha impedido que se celebre el evento.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian que muchos se aprovechan de este marco legal para dar unas condiciones básicas denigrantes. Hay trabajadores que han vivido durante meses en espacios extremadamente pequeños, hacinados en campamentos en el extrarradio de las ciudades con malas condiciones higiénicas, trabajando 16 horas diarias -cuando el máximo debería haber sido 8 horas- y en condiciones climáticas de calor extremo, donde fácilmente se podían superar los 50 grados centígrados en los meses de verano.
En esta situación han sido muchas las voces que han exigido el boicot del mundial y han culpado a la FIFA, el organizador de este evento, de aceptar que se celebre en Qatar por cuestiones económicas. En lo referente a los migrantes, Human Rights Watch escribió una carta conjunta a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, para que esta organización indemnizara a las familias de los trabajadores fallecidos y a aquellos empleados que hayan sufrido explotación o no hayan cobrado sus salarios.
La cifra que escandalizó al mundo en febrero de 2021 fue la lanzada por el diario inglés ‘The Guardian’ en un artículo investigativo en el que indicaba que el total de trabajadores muertos desde 2010 en Qatar rondaba los 6.500. En el artículo, los periodistas indicaron que los datos se obtenían tras el recuento de las actas de defunción en los países de origen de estos migrantes.
El desglose de ‘The Guardian’ indicó que entre los años 2010 y 2020 murieron un aproximado de 2.711 trabajadores de India, 1.641 de Nepal, 1.018 de Bangladesh 824 de Pakistán y 557 de Sri Lanka, aunque el mismo diario admite que los números podrían ser más altos.