El titular de la ONU felicitó a las naciones que ya han ratificado el acuerdo y elogió el “papel decisivo” que ha jugado la sociedad civil en el progreso de las negociaciones y su posterior entrada en vigor del instrumento.
Entre ellos quiso destacar el rol de los supervivientes de explosiones y de ensayos nucleares quienes ofrecieron trágicos testimonios convirtiéndose, en opinión de Guterres “en la fuerza moral del Tratado”.
“La entrada en vigor del Tratado es un tributo a los esfuerzos de promoción inquebrantables de esas personas”, afirmó.
El máximo responsable de la Organización se mostró ilusionado de poder ocuparse de las funciones que le confía el Tratado, como la preparación de la primera reunión de los Estados Parte que ha de convocarse en el plazo de un año a partir de la entrada en vigor del acuerdo, y dónde se adoptará su reglamento en su primera sesión.
“Tras un período de cinco años a partir de la entrada en vigor del Tratado, el Secretario General de las Naciones Unidas convocará una conferencia para examinar el funcionamiento del Tratado y los progresos realizados en la consecución de sus objetivos”, especifica el octavo artículo del acuerdo.
Guterres recordó que las armas nucleares representan “una amenaza creciente” y añadió que “el mundo debe adoptar medidas urgentes para eliminarlas y evitar las consecuencias catastróficas de su uso para la humanidad y el medio ambiente”.
Al mismo tiempo, destacó que la eliminación de este tipo de armamento representa la máxima prioridad de la Organización en materia de desarme e instó a todos los Estados a colaborar y convertir en realidad la “ambición de promover la seguridad común y colectiva”.
La entrada en vigor del Tratado este viernes se produce luego de que Honduras se convirtiera en el Estado número 50 en ratificarlo el pasado 24 de octubre, sin embargo, las cinco principales potencias nucleares y miembros permanentes del Consejo de Seguridad - Estados Unidos, el Reino Unido, Rusia, China y Francia- todavía no han firmado el acuerdo.
El Tratado es el primer instrumento multilateral jurídicamente vinculante para el desarme nuclear y se adoptó el 7 de julio de 2017 durante una conferencia de la ONU en Nueva York.
Fuente: Naciones Unidas, 22 de enero, 2021