Un grupo de expertos de Naciones Unidas, ha denunció a Bielorrusia por la persecución penal de varias mujeres defensoras de los derechos humanos.
Tres de estas defensoras han sido detenidas e imputadas.
La relatora especial ha declarado: “En Bielorrusia, como en muchos otros países, las mujeres necesitan una valentía especial para enarbolar los derechos humanos”, recalcó Mary Lawlor y agregó que "las defensoras bielorrusas son un blanco de persecución en la respuesta de mano dura de las autoridades contra las manifestaciones de protesta que tienen lugar en el país desde agosto pasado tras la celebración de las elecciones presidenciales".
Las tres mujeres que se han visto implicadas son: Maria Rabkova, una voluntaria coordinadora de un centro de derechos humanos que documenta el respeto a la libertad de asamblea y otras garantías fundamentales, quién fue arrestada en septiembre y enfrenta entre seis meses y tres años de prisión por acusaciones de que estaba educando o preparando a la gente para participar en motines, Irina Sukhiy y Marina Dubina, integrantes de una ONG ambientalista, fueron detenidas bajo cargos de violación de los procedimientos para llevar a cabo una protesta, pero a medida que el caso ha evolucionado, las autoridades han cambiado las fechas de las protestas en cuestión: se dio una fecha cuando se les arrestó y otra cuando se les sentenció en el tribunal. Ambas recibieron condenas cortas detención administrativa.
Desde Naciones Unidas se considera que esta imputación equivale a la criminalización del trabajo por los derechos humanos. “Las autoridades bielorrusas deben liberarla de inmediato y retirar las acusaciones en su contra”, apuntó la relatora. Estas irregularidades se consideran preocupantes e inconsistentes, y presentan una serie de cuestionantes legales para el país.