Foto: Reuters/Dado Ruvic

El Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA) / Leibniz-Institut für Globale und Regionale Studien, dio a conocer un informe que por primera vez evalúa y compara la presencia e influencia de 17 tribunales superiores de América Latina en las redes sociales.

Este estudio, es un primer paso hacia la comprensión del uso de los medios sociales por parte de las cortes constitucionales y supremas. El análisis sistemático y comparativo de las cortes se realizó durante todo un año, con énfasis en dos puntos principalmente: la intensidad con que utilizan las plataformas más relevantes -Twitter, Facebook y YouTube- y, el nivel de influencia de cada corte.

Los resultados de este estudio demuestran que las redes han proporcionado a las cortes constitucionales y supremas una herramienta útil y económica para llegar a una amplia audiencia bajo dos propósitos generales: Primero, aumentar el conocimiento del público sobre su trabajo; cumpliendo una función informativa y educativa. En segundo lugar, la promoción de una imagen positiva de sí mismos para mitigar la desconfianza en el poder judicial común en muchos países.

La Corte Federal de Brasil, por ejemplo, fue calificada por el estudio como la corte más activa del mundo en cuanto a su relación con los medios de comunicación, por ser pionera en el uso de las redes sociales y ser el primer tribunal en transmitir sus actividades a través de YouTube, donde cuenta con cerca de 41 millones de clics y 363.000 suscriptores a marzo de 2021 en su canal oficial.

En este sentido, el estudio precisa que existen diferencias de desempeño: las cortes más influyentes no son necesariamente las más activas, pero hacen un uso muy diferenciado de las redes sociales. En cambio, las menos influyentes muestran gran dispersión en torno al nivel de actividad.

En el caso específico de Twitter los tribunales de Colombia, México, Perú, Argentina y Ecuador se han consolidado como los de mayor influencia A estos le siguen algunos tribunales de mediana influencia como el de Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Chile, Uruguay, Honduras y Paraguay. Incluso, el estudio menciona que los tribunales con menor influencia en Twitter son los de Panamá, Bolivia, Nicaragua, lo que se podría reflejar en los niveles de confianza y acceso a la información que tengan los ciudadanos.

Desde el punto de vista de Facebook, los autores tomaron en cuenta como indicador el porcentaje de seguidores sobre el total de la población y se observa un grado alto de influencia por parte de las Cortes de Costa Rica, Paraguay, El Salvador y México.
En la mayoría de los países de América Latina, la confianza en el poder judicial es muy baja: aproximadamente el 70 por ciento de los encuestados tiene "poca confianza". El estudio explora de forma preliminar la relación entre el nivel de confianza en los poderes judiciales y la intensidad del uso e influencia de las cortes en las redes. Las cortes que enfrentan mayor desconfianza son moderadamente más activas y tienden a tener menos influencia. Dos motivos podrían explicar este comportamiento: la búsqueda de autopromoción estratégica; y un ideal de transparencia institucional.

El poder judicial de Costa Rica goza del mayor nivel de confianza en la región, con un 49 por ciento de los entrevistados indican tener "mucha confianza" o "algo de confianza". Caso contrario El Salvador y Perú, se encuentran entre los tribunales con más del 80 por ciento de nivel de desconfianza.

Este estudio es un primer espejo de la influencia que tienen las RRSS en la cultura latinoamericana. Sin embargo, podemos inferir que el uso extensivo de las redes sociales puede ser el resultado de un cambio de ideas en la corte o en la cultura judicial. La cultura judicial es un concepto amplio que no solo implica qué comprensión de la interpretación del derecho tienen los actores judiciales, sino también cómo estas inciden en la sociedad. La llegada de nuevos jueces a las cortes o los intercambios internacionales entre cortes renuevan los conceptos sobre el papel de las instituciones y de sus jueces. Estos cambios pueden llevar, por ejemplo, a aceptar el uso de las redes sociales como herramientas importantes para la transparencia institucional. La llegada de jueces más jóvenes, socializados en el uso de las nuevas tecnologías, también puede facilitar esta apertura.

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