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En una sesión de alto nivel, el máximo órgano de seguridad de la ONU aprobó una resolución sobre la violencia sexual en los conflictos armados que busca acciones centradas en las personas directamente afectadas por ese crimen. El Secretario General de la ONU llamó a los miembros del Consejo a trabajar unidos para reconciliar las diferencias para poder responder con justicia y apoyo a las víctimas.

El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó este martes una resolución promovida por Alemania que busca soluciones al flagelo de la violencia sexual en los conflictos, teniendo como centro de su planteamiento a las víctimas de ese crimen de guerra. El texto obtuvo 13 votos a favor y las abstenciones de Rusia y China.

El proyecto sometido a votación resultó de las negociaciones hasta el último momento con tres miembros permanentes del Consejo que amenazaron con vetarlo si no se hacían varias modificaciones, relativas a las referencias a la salud reproductiva de las víctimas y la posibilidad de terminación del embarazo y al establecimiento de un grupo de trabajo o mecanismos especiales para la violencia sexual en conflictos.

Al explicar la abstención, el embajador de Rusia afirmó que su país condena enérgicamente la violencia sexual en conflictos armados y que siempre ha estado a favor de la eliminación de esos atropellos. Más aún, indicó que la violencia sexual es intolerable en cualquier contexto y expuso por qué no respaldó el documento.

“Lo que nos disuadió fue el enfoque de los coordinadores en el proceso de negociación. Se presentó un texto que no obtuvo el consenso (…) en último momento estuvimos en condiciones de excluir disposiciones absolutamente inaceptables y eso nos permitió abstenernos. Si el documento se hubiera adoptado en su forma anterior, hubiera podido sobrepasar el mandato del Consejo de mantener la paz y seguridad, y habría ampliado las prerrogativas del Secretario General, sus funciones y las de su representante especial. Las tentativas de este tipo no son aceptables.”

La propuesta orginal hubiera podido sobrepasar el mandato del Consejo

Vasily Nebenzya añadió que la violencia sexual en conflictos armados es un flagelo que se debe eliminar.

“Pero como miembros permanentes del Consejo no vamos a permitir que esta temática lo manipule, no sería responsable (…) El Consejo debe adoptar decisiones equilibradas y dar instrucciones claras y realistas sin dar lugar a interpretaciones laxas.”

Informó que Rusia y China redactaron un proyecto alternativo que respondía mejor a los objetivos del Consejo, “pero no vamos a presentarlo finalmente tras la adopción de la resolución”, concluyó.

Al tomar la palabra, el embajador de China dijo que su país otorga al problema la importancia que merece y está de acuerdo en que el Consejo aborde la violencia sexual en los conflictos “ajustándose a su mandato y evitando introducir tareas para otras instituciones o mecanismos especiales”.

“Es imperativo respetar la soberanía de los países anfitriones (…) Lamentablemente, nuestras preocupaciones no se han reflejado plenamente en el texto y China tuvo que abstenerse”, puntualizó Ma Zhaoxu.

Nuestras preocupaciones no se han reflejado plenamente en el texto

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, cuyo país ocupa la presidencia mensual del Consejo condujo la sesión, que contó también con la presencia de los cancilleres del Reino Unido y de Guinea Ecuatorial.

La realidad no ha cambiado

El Secretario General de la ONU abrió el debate recordando que en la última década se ha entendido el impacto que tiene en la paz y la seguridad la violencia sexual en los conflictos, el tipo de respuesta que requiere para prevenirlo y ponerle fin y la gama de servicios que precisan sus sobrevivientes.

António Guterres reconoció la labor de los defensores de los derechos de las víctimas, que han demostrado sin que quepa duda que la violencia sexual se utiliza deliberadamente como táctica de guerra para aterrorizar, deshumanizar y desestabilizar a las sociedades, de manera que deban luchar muchos años para recuperarse.

La realidad en el terreno no ha cambiado

Encomió el valor de quienes alzan la voz para exponer el daño enorme que han sufrido a causa de este crimen, infligido de manera desproporcionada contra mujeres y niñas.

Guterres destacó los avances contra el flagelo en el terreno de la investigación por parte de la Comisión de Investigación de la ONU y tribunales locales e internacionales. Además, recordó que se respalda a los gobiernos para mejorar su respuesta y servicios a los sobrevivientes.

“No obstante estos esfuerzos, la realidad en el terreno no ha cambiado. La violencia sexual continúa siendo un factor característico de los conflictos en el mundo”, lamentó.

Para concluir su participación, Guterres llamó a los miembros del Consejo a sumar fuerzas y dar una respuesta unánime a esa epidemia de violencia.

“Invito al Consejo a seguir trabajando unido para reconciliar las diferencias. La respuesta global a estos crímenes debe garantizar el castigo a los perpetradores y un apoyo amplio a los sobrevivientes, respetando los derechos humanos.”

“Juntos podemos y debemos remplazar la impunidad con justicia y la indiferencia con acción”, afirmó.

Convertir las promesas en acciones

La representante del Secretario General para violencia sexual en conflictos armados, segunda oradora del día, dijo que esa lacra socava las posibilidades de paz duradera.

Pramila Patten sostuvo que, pese a ser un fenómeno que ha ganado atención mundial en la última década y a que se han tomado medidas concertadas, el mundo está aún muy lejos de ganar la batalla y debe acelerar los esfuerzos.

Las guerras siguen siendo peleadas sobre los cuerpos de las mujeres y las niñas.

“La realidad es que la implementación de resoluciones, las políticas, los acuerdos y los compromisos siguen siendo lentos y la rendición de cuentas por estos crímenes sigue siendo escurridiza. No hemos mejorado la situación en el terreno de manera continua y sustantiva.Las guerras siguen siendo peleadas sobre los cuerpos de las mujeres y las niñas.”

Patten citó los relatos de atrocidades inimaginables y cruel estigmatización que ha escuchado de las víctimas en diversos países e hizo hincapié en que éstas hubo una niña de 4 años.

“Es esencial que traduzcamos las promesas en acciones y las resoluciones en soluciones. Es momento de someter estos crímenes y a sus autores al escrutinio internacional y de mandarles un mensaje claro de que el mundo no tolerará el uso de la violencia sexual como táctica de guerra y terrorismo”, apuntó.

Oradores invitados

El debate del Consejo de Seguridad concitó la participación de cerca de 90 oradores, entre los que se contaron los Premios Nobel de la Paz Denis Mukwege y Nadia Murad, quien fue raptada por el ISIS cuando tenía 19 años, además de la abogada de derechos humanos Amal Clooney.

Denis Mukwege aseguró que las mujeres víctimas de violación y otras transgresiones que rompen el silencio para denunciarlas “colocan los cimientos de la justicia” y llamó a los miembros del Consejo a mostrar la voluntad política que hace falta para que se aplique la ley y se ponga fin a la impunidad.

Nadia Murad habló de los miles de mujeres y niñas de la minoría yazidi en Iraq que han sido esclavizadas frente a la mirada internacional sin que nadie haya hecho nada para impedirlo y afirmó que el genocidio de yazidis sigue su marcha.

Aunque muchas yazidis han denunciado las atrocidades en busca de justicia, “no se ha enjuiciado a nadie por cargos de esclavitud sexual y otros crímenes cometidos contra nosotros”, acotó y pidió que se juzgue a los responsables en un tribunal internacional para procesar el genocidio y la violencia sexual.

Por su parte, Amal Clooney aseveró que los crímenes cometidos por el ISIS contra las mujeres y niñas son tan horrendos que difieren de cualquier cosa que se haya visto en la historia moderna y urgió a que se haga justicia. “Si no actuamos ahora, será demasiado tarde”, advirtió.

La reconocida abogada instó al Consejo a ponerse del lado correcto de la historia y consideró que exigir la rendición de cuentas de los responsables ante un tribunal especial sería equiparable a los juicios de Nuremberg.